Cada jugador sabe al recibir una bola del rival, que dificultad le causa.
Si no es tu caso dejate llevar por el agobio que sientas y siempre ten presente jugar en línea recta y evitar los angulos abiertos.
Empieza por jugar una bola sencilla hacia el jugador que está paralelo a ti, a media altura y si está a tu alcance sin efecto de manera plana y sin acelerar, pero por encima de todo entiende que es una bola defensiva y que en ningún caso sientas responsabilidad de conseguir ganar...
Devuelve recto a la altura del cuerpo de tu oponente que tienes delante y verás que no es capaz de mantener o copiar varias veces esa bola.
Recuerda no te la juegues y pon la bola simplemente en juego.
Nos vemos en el siguiente consejo.
Claudio Gilardoni.
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